Nacido en las Islas Canarias en el año 1971, Juan Carlos García viajaría siendo muy joven a Caracas, en donde iniciaría su estudio de la Metafísica Cristiana, fundada por la artista y maestra esotérica venezolana Conny Méndez (1898-1979), junto a alguno de sus familiares y discípulos más directos. Con 17 años publicaría su primera novela, dentro del género de la new age, con el título de "El Ave Diamante", dándose así a conocer en los círculos literarios metafísicos de toda Hispanoamérica, Estados Unidos y también España. Su extensa producción literaria incluye, además de novelas, artículos, cuentos de hadas, e incluso tratados completos sobre Metafísica, pudiéndose encontrar sus libros en importantes bibliotecas de todo el mundo.
Miembro de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (SACVEN), este polifacético artista es asimismo coordinador y articulista de la revista venezolana El Nuevo Pensamiento, director de la revista metafísica Aditi y diseñador de la portada de la revista Sophia de la Sociedad Teosófica Española, habiéndose dado a conocer igualmente como pintor "aerografista" y autor de varias portadas, tanto de trabajos propios como de otros autores. Diseñador gráfico, editor, programador informático, técnico en sistemas electrónicos, filósofo e investigador de las grandes Religiones del mundo, exégeta, maestro y erudito de la Metafísica en sus más variadas formas de expresión... como puede apreciarse, resultaría del todo imposible abarcar semejante currículo con la atención que merece en un espacio tan reducido como éste, de ahí que nos veamos obligados a ceñirnos, de ahora en adelante, a su producción estrictamente musical.
Juan Carlos García es uno de nuestros principales exponentes de música new age dentro de su vertiente más cósmica, angélica y celestial, compartiendo así inquietudes espirituales y estéticas con otros artistas de la categoría y relevancia de Aeoliah, Constance Demby, Erik Berglund, Artemy Artemiev, Guillermo Cazenave o Iasos, entre otros. La música de Juan Carlos ha sido catalogada como "visual" por su capacidad para plasmar con precisión complejos y abstractos temas de índole metafísica. Sus álbumes suelen ser composiciones temáticas que orbitan, como si se tratasen de poemas sinfónicos de corte electrónico, en torno a obras, temas o personalidades de gran trascendencia en su propia búsqueda de lo Sagrado: el místico bengalí Ramakrishna, los ángeles, El Santo Grial, el Bhagavad Gita, Pitágoras, el artista y filósofo ruso Nikolái Roerich o Maestros Ascendidos del teosofismo tales como Serapis Bey, Saint Germain, Elohim Hércules, Buda Gautama, Jesús de Nazaret o la Virgen María.
Y qué mejor manera de introducirse en la obra de este prolífico y ecléctico artista que con esta triple antología titulada "Música Metafísica para una Nueva Era", la cual incluye tres álbumes recopilatorios: "Música Sagrada para una Nueva Era", "Música Celestial para una Nueva Era" y "Música Mística para una Nueva Era", editados en el 2005, 2007 y 2011 respectivamente, en un total de 47 piezas y de casi cuatro horas de duración. Grosso modo, podríamos clasificar los temas incluidos en esta antología en tres grandes bloques: por un lado, una música féerica, etérea y sublime que nos conecta con energías angélicas y celestiales ("Comunión Celestial", "La Gran Hermandad Blanca", "La Cámara de Cristal", "Amanecer en Darjeeling", "Viaje al Corazón", "Las Hadas del Bosque"...); por otro lado, una música con influencias étnicas, de carácter más o menos rítmico o meditativo, la cual nos enraiza con unas energías más de tierra, acercándonos a tradiciones espirituales remotas y ancestrales ("Yoga de la Devoción", "Vajradhara Buddha", "Saraswati", "Hermano Loftus", "El Corazón de Krishna", "La Ceremonia del Santo Grial", "India Sagrada"...).
Finalmente, podríamos establecer un tercer grupo marcado por la presencia de elaboradas melodías, algunas íntimas y delicadas, y otras majestuosamente épicas, en donde el compositor demuestra una encomiable habilidad para dotar a su música de un dramatismo e intensidad emocional de proporciones cuasi-cinematográficas ("Subiendo el Nilo", "Luz en Movimiento", "Felicita", "Observaciones en el Espejo Cósmico", "Ignición" o la maravillosa "El Templo de la Verdad de Pallas Atena"). Es aquí en donde las referencias a grandes leyendas de la música instrumental popular del siglo XX tales como Kitaro o, muy especialmente, Vangelis, adquieren una cierta razón de ser, pese a que el estilo de Juan Carlos García es lo suficientemente personal como para desmarcarse de todos esos referentes, erigiéndose así en uno de los nombres fundamentales de la música espiritual de nuestro tiempo.
Juan Carlos García es uno de nuestros principales exponentes de música new age dentro de su vertiente más cósmica, angélica y celestial, compartiendo así inquietudes espirituales y estéticas con otros artistas de la categoría y relevancia de Aeoliah, Constance Demby, Erik Berglund, Artemy Artemiev, Guillermo Cazenave o Iasos, entre otros. La música de Juan Carlos ha sido catalogada como "visual" por su capacidad para plasmar con precisión complejos y abstractos temas de índole metafísica. Sus álbumes suelen ser composiciones temáticas que orbitan, como si se tratasen de poemas sinfónicos de corte electrónico, en torno a obras, temas o personalidades de gran trascendencia en su propia búsqueda de lo Sagrado: el místico bengalí Ramakrishna, los ángeles, El Santo Grial, el Bhagavad Gita, Pitágoras, el artista y filósofo ruso Nikolái Roerich o Maestros Ascendidos del teosofismo tales como Serapis Bey, Saint Germain, Elohim Hércules, Buda Gautama, Jesús de Nazaret o la Virgen María.
Finalmente, podríamos establecer un tercer grupo marcado por la presencia de elaboradas melodías, algunas íntimas y delicadas, y otras majestuosamente épicas, en donde el compositor demuestra una encomiable habilidad para dotar a su música de un dramatismo e intensidad emocional de proporciones cuasi-cinematográficas ("Subiendo el Nilo", "Luz en Movimiento", "Felicita", "Observaciones en el Espejo Cósmico", "Ignición" o la maravillosa "El Templo de la Verdad de Pallas Atena"). Es aquí en donde las referencias a grandes leyendas de la música instrumental popular del siglo XX tales como Kitaro o, muy especialmente, Vangelis, adquieren una cierta razón de ser, pese a que el estilo de Juan Carlos García es lo suficientemente personal como para desmarcarse de todos esos referentes, erigiéndose así en uno de los nombres fundamentales de la música espiritual de nuestro tiempo.
Vajradhara Buddha (extracto)
Con Loftus “Música desde el corazón del Mundo” descubrí que, tal como dice Luis F. Rodríguez, la música de Juan Carlos García nos cuenta cosas como si de guión de película se tratara. Desde ahí busco en cada melodía suya y de otros compositores lo que tratan de decirnos a través de ella. Sin nada de palabras ha sabido trasmitir una imagen en mi mente y con ello amo cada día más la música. Gracias por todo lo que transmites a través de tu música y la enseñanza, Juan Carlos.
ResponderEliminar