En este mes de diciembre he dado mis dos primeros conciertos de cuencos, y la experiencia no podría haber sido más especial e inolvidable. Al fin y al cabo, ¡qué mejor manera de cerrar el año que compartiendo las sagradas frecuencias de sanación de estos maravillosos instrumentos con todos
vosotros! Me gustaría aprovechar estas líneas para mostrar mi agradecimiento a los centros Bioespacio y Sensei por hacerlo posible, así como también a todos los amigos que me han ayudado en la difusión y, por supuesto, el transporte de todo el instrumental. Sin ellos no habría sido posible. Y esto no ha hecho más que empezar. En el 2015, más. Mientras tanto, aquí os dejo con un pequeño reportaje audiovisual de ambos eventos. Aunque no sea, ni de lejos, comparable a la experiencia de vivirlo en persona, al menos sí os dará una idea de hasta qué punto han sido especiales ambos conciertos, y de la mágica atmósfera recreada gracias al sonido de los cuencos cantores. Namaste.
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