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miércoles, 12 de abril de 2017

Una introducción a los cuencos de cuarzo


1. El cuarzo

Algunos estudiosos metafísicos afirman que es precisamente en esta Era de Acuario cuando el despertar de la consciencia Crística, cristalina, es necesaria para llevar a cabo el proceso de transformación o ascensión planetaria que está realizando el planeta en el que vivimos (…) el cuarzo cristal y sus codificados mensajes de energía luz dinamizan la propia energía humana y están a nuestra disposición para que logremos manifestar un mundo de paz, solidaridad, riqueza y bienestar en todos los confines de este planeta, al permitir que nuestra consciencia, nuestra propia vida, sea tan transparente como lo es la energía del cristal de cuarzo.(Nina Llinares: Cuarzos Maestros. Edaf, 2009: 28) 

1.a. ¿Qué es el cuarzo?
El cuarzo es un mineral compuesto por dos moléculas de oxígeno por una de silicio (dióxido de silicio), de gran dureza, y que puede presentarse de numerosas formas, desde la que es totalmente pura e incolora (cristal de roca), hasta las coloreadas (cuarzo rosa, ahumado, etc.) debido a la presencia de impurezas. Otras variedades de cuarzo incluyen la amatista, el ágata, el jaspe o incluso el ojo de tigre. Se trata, por tanto, de uno de los minerales más abundantes en todo el planeta.


El cuarzo resuena de forma natural con nosotros. Para empezar, ya nacemos con unos siete gramos de silicio orgánico en nuestro cuerpo. Se encuentra, sobre todo, en el tejido conjuntivo, la aorta, los vasos sanguíneos, los cartílagos, el timo, el hígado, el bazo, el páncreas, los huesos, los dientes, la piel, las uñas y el cabello. La presencia del silicio en nuestro organismo juega un importante papel en nuestra salud, contribuyendo, entre otras cosas, a la fijación del calcio en los huesos. Además, como explica María del Socastro González en la obra El sonido que sana: Manual práctico de sanación a través del sonido (Palmyra: Madrid, 2016), "nuestro ADN posee una estructura en doble espiral muy afín a la del cristal de cuarzo. También tenemos cuatro moléculas de silicio por cada una de nuestras células, y está presente en la estructura cristalo-coloidal líquida del cerebro". Desgraciadamente, esta cantidad de silicio presente en nuestro organismo empieza a disminuir de manera irreversible a medida que envejecemos (sobre todo a partir de los 40 años), acarreando problemas articulares.