miércoles, 12 de abril de 2017

Una introducción a los cuencos de cuarzo


1. El cuarzo

Algunos estudiosos metafísicos afirman que es precisamente en esta Era de Acuario cuando el despertar de la consciencia Crística, cristalina, es necesaria para llevar a cabo el proceso de transformación o ascensión planetaria que está realizando el planeta en el que vivimos (…) el cuarzo cristal y sus codificados mensajes de energía luz dinamizan la propia energía humana y están a nuestra disposición para que logremos manifestar un mundo de paz, solidaridad, riqueza y bienestar en todos los confines de este planeta, al permitir que nuestra consciencia, nuestra propia vida, sea tan transparente como lo es la energía del cristal de cuarzo.(Nina Llinares: Cuarzos Maestros. Edaf, 2009: 28) 

1.a. ¿Qué es el cuarzo?
El cuarzo es un mineral compuesto por dos moléculas de oxígeno por una de silicio (dióxido de silicio), de gran dureza, y que puede presentarse de numerosas formas, desde la que es totalmente pura e incolora (cristal de roca), hasta las coloreadas (cuarzo rosa, ahumado, etc.) debido a la presencia de impurezas. Otras variedades de cuarzo incluyen la amatista, el ágata, el jaspe o incluso el ojo de tigre. Se trata, por tanto, de uno de los minerales más abundantes en todo el planeta.


El cuarzo resuena de forma natural con nosotros. Para empezar, ya nacemos con unos siete gramos de silicio orgánico en nuestro cuerpo. Se encuentra, sobre todo, en el tejido conjuntivo, la aorta, los vasos sanguíneos, los cartílagos, el timo, el hígado, el bazo, el páncreas, los huesos, los dientes, la piel, las uñas y el cabello. La presencia del silicio en nuestro organismo juega un importante papel en nuestra salud, contribuyendo, entre otras cosas, a la fijación del calcio en los huesos. Además, como explica María del Socastro González en la obra El sonido que sana: Manual práctico de sanación a través del sonido (Palmyra: Madrid, 2016), "nuestro ADN posee una estructura en doble espiral muy afín a la del cristal de cuarzo. También tenemos cuatro moléculas de silicio por cada una de nuestras células, y está presente en la estructura cristalo-coloidal líquida del cerebro". Desgraciadamente, esta cantidad de silicio presente en nuestro organismo empieza a disminuir de manera irreversible a medida que envejecemos (sobre todo a partir de los 40 años), acarreando problemas articulares.


1.b. Propiedades del cuarzo
Se dice que el cuarzo es luz cristalizada; de hecho, cuando es calentado presenta características termoluminiscentes (es capaz de emitir luz). Además, presenta cualidades piezoeléctricas, y propiedades acústico-luminiscentes, lo cual significa que puede convertir ondas sonoras en luz. El cuarzo es un gran transmisor, conversor y almacenador de información, y es capaz de equilibrar todo nuestro sistema bioenergético, actuando más concretamente sobre nuestro cuerpo etérico, en donde se ubican nuestros centros energéticos o chakras. De este modo refuerza, protege y limpia nuestro campo vibracional ayudando a la transmutación de energías densas.


Los cristales son además agua fosilizada, ya que se forman cuando el agua se combina con un elemento en presencia de ciertas condiciones de presión, temperatura y energía. Cuando dichas condiciones son las adecuadas, el agua provocará que que el elemento se convierta en cristal, tomando así su forma, color, corte y brillo. Por tanto, al igual que el agua, el cuarzo también tiene MEMORIA (lo cual explicaría esta capacidad para almacenar información), y en cierto modo podríamos considerar que es una entidad viva, una forma cristalizada de consciencia.

1.c. El cuarzo en la antigüedad
Los cristales de cuarzo han sido utilizados con fines ceremoniales, chamánicos y medicinales por diversas culturas desde la antigüedad, como la azteca, inca, maya o africana. En Egipto, los colocaban dentro de los sarcófagos para iluminar el camino hacia la eternidad; para los monjes del Tíbet, aportaba iluminación; los indios norteamericanos los usaban para cortar el cordón umbilical, ampliar la visión y realizar viajes de consciencia; también tenían un valor sagrado en China, India o Japón.

Existen además teorías que aseguran que los cuencos de cristal de cuarzo ya eran utilizados por la antigua civilización atlante, y que los cuarzos de cristal de roca constituían la base energética de la tecnología en la Atlántida. Dichos cristales también se utilizarían para realizar cirugía sobre el cuerpo de personas que así lo necesitaran.


Incluso se afirma que en los templos atlantes se realizaban sesiones de equilibrado energético a través de la combinación del sonido de los delfines, aceites y cristales de cuarzo. Estos cristales, además, se activaban y emitían luz cada vez que se cantaba hacia ellos, dado el uso ritual que tenía la voz, utilizada principalmente para cantar y emitir sonidos sagrados. Los cristales de cuarzo se utilizarían, asimismo, para enfocar y transmitir tanto pensamientos como sentimientos telepáticamente a otros seres vivos, ya fueran personas, animales o plantas. También se dice que permitían almacenar innumerables holografías de información a la que se podía acceder apoyando láminas transparentes de cuarzo sobre la frente, en las manos o a la altura del corazón.


2. Los cuencos de cristal de cuarzo

2.a. Origen de los cuencos de cuarzo
El origen de estos cuencos parece remontarse a mediados de la década de los 70. Es importante tener en cuenta que NO fueron creados como instrumentos musicales o de sonoterapia, sino más bien como crisoles (cavidades en los hornos que recibe el metal fundido) utilizados en la industria espacial, informática, electrónica y de semiconductores. Así, a través del proceso Czochralski se usaban (y aún hoy día se usan) estos crisoles de cuarzo para obtener obleas destinadas a la fabricación de transistores y circuitos integrados. En la industria electrónica se recurre a estos recipientes de cuarzo de alta calidad para hacer crecer cristales de silicio utilizados en la fabricación de microchips usados en los ordenadores, smartphones, etc. Incluso se utilizan también estos cuencos en las centrales de energía solar, aprovechando la capacidad del cuarzo a la hora de transmitir y amplificar los impulsos eléctricos.    



El uso meditativo y terapéutico de los cuencos de cuarzo sería descubierto e impulsado posteriormente, a partir de la década de los 80, por personas que ya tenían una gran afinidad con los cristales y que, con toda probabilidad, quedaron sorprendidas al escuchar por primera vez los tonos resonantes que eran capaces de emitir estas vasijas. Así, se dice que una de esas persona trabajaba para la General Electric y era capaz de percibir las frecuencias energéticas que emite el cuarzo. Tomando como referencia los cuencos del Himalaya, estas personas empezarían a explorar y desarrollar el inmenso potencial sonoro de estas vasijas de cristal para hacer llegar estos sonidos que algunos ya sentían a nivel psíquico.


Un importante pionero conocido en el uso de las vasijas de cristal de cuarzo fue el canadiense Gaudry Normand, el cual ya quedó fascinado al verlos en AT&T, una importante compañía multinacional de telecomunicaciones, allá por 1994. Después de escuchar su sonido, empezaría a usarlos y divulgarlos, trabajando con importantes fabricantes para poder darles su lugar fuera del entorno industrial en donde nacieron.


Hoy día, los fabricantes de cuencos de cuarzo son en general los mismos que siguen haciendo crisoles y otros productos de cuarzo fundido con fines industriales. La mayor parte de los cuencos de cuarzo que nos llegan actualmente vienen de China, si bien existen otros fabricantes, como Normand en Canadá o Crystal Tones en EE.UU., los cuales se dedican a crear cuencos de cristal de cuarzo DESDE OTRA CONSCIENCIA.

2.b. El sonido de los cuencos de cuarzo
Los cuencos de cristal incorporan, además de los beneficios espirituales del cuarzo, unas propiedades acústicas únicas e irrepetibles que se hacen especialmente evidentes durante la técnica del batido. Los cuencos de cuarzo, al ser activados, producen una onda sinusoidal pura (sin armónicos), creando un sonido multidireccional que puede llegar a expandirse hasta una distancia superior a los 500 metros y tardar varios minutos en extinguirse. Se trata de un sonido potente y muy envolvente que parece provenir de todas las direcciones y, a la vez, de ninguna, rodeando a la persona que lo recibe y penetrando en lo más profundo de sus aguas celulares, haciéndonos sentir como si estuviéramos, literalmente, flotando en sonido.



Los cuencos de cuarzo se comercializan afinados a cada una de las notas musicales de la escala natural diatónica en distintos tamaños que suele oscilar entre los 20 y los 60 cm de diámetro, abarcando, teóricamente, un rango de hasta tres octavas. En principio, los sonidos agudos (cuarta o incluso quinta octava) proceden de los cuencos de menor diámetro, mientras que los más grandes emiten sonidos más graves y profundos (normalmente tercera octava). No obstante, el sonido dependerá también de otras variables como por ejemplo la altura y el grosor de las paredes del cuenco.


Aunque, como se ha visto, el tamaño juega un papel importante a la hora de determinar el tono, en teoría un cuenco de cuarzo podría salir afinado a cualquier nota musical independientemente de su diámetro. En la práctica, sin embargo, no se dan todas las notas en todos los tamaños y, especialmente a partir de los 40 cm, resulta más complicado encontrar cuencos afinados a algunas de ellas.

2.c. Fabricación de los cuencos de cuarzo
Los cuencos de cuarzo no están hechos de cristales de cuarzo pulverizados, sino de arena de sílice (cuarzo), la cual está compuesta de pequeñas partículas y se da ya en abundancia y de manera natural como producto de la erosión.


Dicha arena, de gran pureza, se funde en hornos eléctricos a temperaturas que llegan hasta los 4.000 grados en hornos eléctricos, centrifugándose la pasta resultante a una elevada velocidad dentro de un molde que le da la forma al cuenco. Por último, se enfría a temperaturas muy bajas, se limpia y se pule para darle el acabado final.

En el caso de los cuencos de cuarzo nevados, la característica y áspera textura de sus paredes exteriores, como si estuviesen lijadas, se debe al proceso de arenado (sandblasting). En el caso de los cuencos transparentes, el proceso de elaboración y pulido es bastante distinto, formando un tubo de gran diámetro con el cuarzo fundido y aplicando la técnica de soplado para darle su forma final.   

Se trata de un proceso delicado, ya que la presencia de posibles burbujas en la pasta obtenida tras el proceso de fundición podría llegar a provocar el resquebrajamiento del cuenco debido a las variaciones de temperatura.





2.d. Tipos de cuencos de cuarzo
Se pueden distinguir tres tipos de cuencos de cristal de cuarzo: a) los nevados u opacos, que son blancos, pesados y muy robustos, y cuyo tamaño suele oscilar entre los 15 y los 60 cm de diámetro; b) los cristalinos o transparentes, que son pulidos, livianos y muy delicados (13-20 cm); c) y los llamados “alquímicos” (15-30 cm), que incorporan variedades de cuarzo (rosa, ahumado o amatista) o bien son el resultado de mezclarlo en Sagrada Alquimia (¿de ahí su nombre?) con otros minerales o metales tales como el oro, la moldavita, el platino o el rubí... tomando de ellos sus respectivas propiedades espirituales y terapéuticas. Estos cuencos presentan además una atractiva riqueza cromática que les confiere una especial belleza, si bien es importante tener en consideración que también existen cuencos de cuarzo no alquímicos que se comercializan ya "coloreados".


La gran peculiaridad de los cuencos cristalinos y alquímicos (además de su mayor coste y valor) es que muchos de ellos, sobre todo los de mayor tamaño, y al igual que los cuencos del Himalaya, pueden llegar a emitir dos notas diferentes en batido: una más grave y otra más aguda. Además, presentan una mayor riqueza armónica en el percutido, lo cual, nuevamente, hace que su sonido sea más parecido al de los cuencos del Himalaya. Es interesante observar que, debido al menor grosor de sus paredes, estos cuencos suelen presentar un sonido más grave, incluso los más pequeños, en comparación con sus equivalentes nevados. Dentro de esta modalidad de cuencos cristalinos y alquímicos se suelen fabricar también algunos, de entre 14 y 18 cm de diámetro, que están rematados en un alargado mango de cristal para una más cómoda aplicación terapéutica, facilitando así su manejo y desplazamiento alrededor del cuerpo del cliente.


2.e. Efectos de los cuencos de cuarzo
Los cuencos de cuarzo propician, a través del principio de resonancia, una armonización natural entre su vibración y la de las propias personas que lo sienten y escuchan. Dichas vibraciones repercuten en la columna vertebral, extendiéndose a través del sistema nervioso hasta nuestras células, tejidos y órganos, y haciendo que nuestros mismos átomos se reorganicen en una estructura cristalina más fuerte y más sana.

Los sonidos de estos instrumentos de la Nueva Era armonizan la memoria celular, equilibran los hemisferios cerebrales, limpian y fortalecen nuestro campo electromagnético (también conocido como aura), estimulan las conexiones interneuronales, restablecen el equilibrio del sistema endocrino mediante la estimulación de la hipófisis o pituitaria, y nos ayudan a alcanzar un profundo estado de silencio interior, plenitud y bienestar tanto físico como emocional.


El sonido cristalino de los cuencos de cuarzo nos permite además viajar por estados alterados y expandidos de consciencia, ralentizando la actividad cerebral a ondas alfa e incluso theta y favoreciendo la conexión con planos vibracionales más elevados y sublimes. Los cambios bioquímicos que se generan en respuesta a dichos estímulos sonoros favorecen la liberación de diferentes hormonas tales como la serotonina o las endorfinas, así como también otras sustancias endógenas beneficiosas para nuestro cuerpo y nuestra mente.

Por todos estos motivos, resultan altamente beneficiosos para el tratamiento de diversas dolencias tales como: contracturas musculares, dolores en articulaciones, fracturas, artrosis, desequilibrios del sistema nervioso, problemas circulatorios, insomnio, estrés, cálculos renales, fatiga, ansiedad, bloqueos físicos y emocionales, fibromialgias… pudiendo utilizarse igualmente para la limpieza energética de espacios físicos.


A un nivel energético, el efecto producido es de armonización, equilibrio y limpieza. Los sonidos más graves contienen más armónicos y actúan específicamente sobre los chakras inferiores, propiciando estados de relajación profunda y un sentimiento de enraizamiento y conexión con la tierra, mientras que los agudos son más intensos e inciden en los chakras superiores, estimulando nuestro organismo, activándonos, despertando nuestra intuición y conectándonos con energías más sutiles.


2.f. Precauciones de uso
A pesar de sus innumerables beneficios, estas poderosas vibraciones deben ser utilizadas con cuidado, ya que pueden provocar un efecto de rechazo en algunas personas al actuar como auténticos “bisturíes del alma” que remueven estados emocionales y mentales ya estancados, con la consecuente crisis de curación. Dicha crisis puede manifestarse de múltiples maneras: inquietud, nerviosismo, malestar físico, dolor de cabeza, náuseas o mareos. Cada persona necesita su propio tiempo de ajuste a dichas frecuencias cristalinas e integración de los cambios promovidos por las mismas, y no todos se encuentran en el momento adecuado para sobrellevar dichos cambios. Es importante tener en consideración que estos sonidos actúan de una forma tan rápida y potente que en ocasiones pueden percibirse como “invasivos”, no ofreciendo el tiempo suficiente para que la persona pueda gestionar los cambios de forma serena y armoniosa.


Por todos estos motivos expuestos, resulta fundamental estar atentos a las necesidades de cada persona que desee tratarse con estos instrumentos, observando qué frecuencias resultan más idóneas en cada momento y determinando también el tiempo de exposición más adecuado a fin de evitar una saturación que podría ser contraproducente. No hay que olvidar que algunas personas necesitan una exposición más gradual a los sonidos de estos cuencos de cristal hasta que, poco a poco, se van encontrando más a gusto. La clave en el correcto uso terapéutico de estos instrumentos, nuevamente, está en la sutileza,, teniendo mucho cuidado, sobre todo, con los sonidos más agudos, sobre todo si se está tocando cerca de la cabeza de la persona (una distancia prudencial sería de 30 cm). El uso de los cuencos de cristal de cuarzo está además contraindicado en personas con marcapasos, esquizofrenia y también embarazadas.  

2.g. Técnicas de activación
Los cuencos de cuarzo suelen activarse en el suelo, colocados sobre un aro de goma que permite una total estabilidad y evita que el cuenco pueda desplazarse, caerse e incluso romperse durante la activación. Comparativamente con los cuencos tibetanos, los de cuarzo resultan muy fáciles de activar, ya que apenas requieren de mucha técnica.


Se pueden utilizar desde mazas con la cabeza de goma (ya se están empezando a comercializar la de silicona, que permiten un sonido más limpio y sutil al friccionar el cuenco) hasta las baquetas forradas de fieltro o ante. Algunas de estas baquetas cilíndricas están huecas, permitiendo la introducción de determinados objetos (afirmaciones positivas, decretos, mantras, etc) Se recomienda, por supuesto, ceñirse a las baquetas que se comercializan con los cuencos de cuarzo, ya que otras (por ejemplo, las que se utilizan con los cuencos de metal) podrían acabar destiñendo el cuenco de cuarzo si es nevado.

Las técnicas de activación son parecidas a las utilizadas con sus homólogos de metal: a) por un lado, el percutido en la parte externa del borde superior (también se puede conseguir el llamado “efecto campana” percutiendo la pared exterior del cuenco, a una cuarta por debajo del borde superior, con la baqueta en posición horizontal). El efecto es el de una llamada a la Presencia, y se puede usar para iniciar, marcar una transición o finalizar una etapa o paisaje sonoro; b) por otro, el batido, acariciando sus paredes exteriores con una presión constante y adecuada. A diferencia de los cuencos tibetanos y los alquímicos, los de cuarzo nevados únicamente producen un sonido en batido, aunque se trata de un sonido bastante potente y que hay que controlar para evitar que pueda resultar molesto (¡e incluso resquebrajarse!), ya que a mayor velocidad de giro mayor será su volumen.


Llegados a este punto, resulta fundamental incidir en un aspecto: los cuencos de cuarzo, aparte de ser transmutadores y transmisores, actúan también como acumuladores y potenciadores, amplificando todo lo que anida en el interior de la persona que lo activa, desde pensamientos hasta intenciones, emociones e incluso nivel de consciencia. Por ende, tocar estos instrumentos para más personas conlleva una importante responsabilidad: es necesario (¡esencial!) realizar previamente un trabajo de “centramiento” y conexión con nuestro Ser, limpiándonos de preocupaciones y entrando en nuestro Corazón para compartirnos desde lo que realmente Somos. ¿Qué información deseamos transmitir?

2.h. Elección del cuenco
A la hora de plantearse la adquisición de un cuenco de cristal de cuarzo, ya sea con fines terapéuticos, musicales, espirituales o una combinación de todos ellos, es necesario plantearse las siguientes cuestiones:

a) Tipo de cuenco: los nevados resultan siempre la opción más económica (lo cual no significa que sea la "peor" opción) y están muy bien para empezar, permitiendo crear profundos y penetrantes drones que se mantienen durante bastante tiempo. Los transparentes, por su parte, aportan color al sonido, gracias a su mayor riqueza armónica. Finalmente, los alquímicos, además de un sonido más profundo, estable y armónico, aportan las cualidades de los materiales de los que están fabricados y, por supuesto, la información del color. En el caso de querer invertir en un cuenco alquímico, lo más importante a tener en consideración es el material del que está hecho, ya que cada mineral, gema o metal posee unas propiedades, y esa información es gran importancia en estos cuencos;


b) Presupuesto: en el caso de únicamente poder invertir en un solo cuenco, recomendamos, nuevamente, uno de un tamaño mediano. Personalmente encuentro ideales, en el caso de los nevados, los cuencos de 25 a 35 cm. Los de 35 no son tan pesados de cargar como uno de 40, y poseen un sonido más envolvente y potente que uno de 30 cm. Si, por el contrario, podemos permitirnos adquirir dos, tres o más cuencos, entonces se recomienda elegir algunos que combinen de forma más armónica (por ejemplo, intervalos justos o perfectos de cuarta, quinta u octava). Lo ideal sería tener, al menos, un set de cuencos de tres tamaños distintos (para enraizar, centrar y acelerar la energía), más uno adicional que permita generar frecuencias de pulso binaural con las que propiciar la armonización de los hemisferios cerebrales;


c) Sonido: ¿necesitas enraizar, acelerar o centrar la energía? ¿Chakras superiores, medios o inferiores? ¿Sonidos agudos o graves? ¿Deseas trabajar algún chakra o alguna glándula del sistema endocrino en particular? ¿Deseas crear frecuencias binaurales o algún intervalo en particular? En cuanto al peliagudo y controvertido asunto de la asociación entre notas y chakras, nos remitimos al modelo de Quintas propuesto por Fabien Maman en su imprescindible tratado El Tao del Sonido (GuyTrédaniel ediciones) y que será abordado, convenientemente, en una futura entrada de este blog.


En cualquier caso, y pese a la indudable relevancia de todas estas consideraciones, al final debemos recordar que, en última instancia, es el cuenco el que nos elige siempre a nosotros, ¡y no al revés!

2.i. Limpieza y conservación del cuenco
Conviene mantenerlos hidratados, a fin de evitar que puedan resquebrajarse, utilizando un simple vaporizador con agua destilada (también serviría el agua de mar o, en su defecto, agua con sal marina) y dejándolos secar al sol. En el caso de que fuera necesaria una limpieza "externa" más exhaustiva, podemos utilizar jabón natural y un cepillo para eliminar las manchas que pudieran haberse acumulado en las paredes del cuenco.

A nivel energético, es posible limpiar las cargas residuales acumuladas con el diapasón angélico de 4.096 Hz. El incienso, el palosanto o incluso el aceite de (menta) poleo diluido en agua resultan también de utilidad en este tipo de limpiezas de índole más "energética". En cuanto a su almacenaje, lo ideal es conservar el cuenco en el interior de una funda especial recubierta de goma espuma o poliespán a fin de evitar posibles golpes.




2.j. Programación del cuenco
Como ya se ha explicado en esta entrada, el cristal de cuarzo es como una plantilla holográfica de luz capaz de sostener, transmitir y recibir formas de pensamiento. Antes de utilizar un cuenco de cuarzo por primera vez, se recomienda limpiarlo de posibles cargas energéticas residuales acumuladas y programarlo mediante los siguientes pasos: en primer lugar, se coloca el cuenco boca abajo y situamos las manos encima, a una corta distancia de su base, concentrándonos y pensando en las propiedades del chakra que deseamos trabajar con el cuenco. Podemos invocar las cualidades de dicho vórtice para que se sellen en el cuenco cada vez que se active, a fin de poder transmitirlas y así beneficiar a todos aquellos que reciban su sonido. Llegados a este punto, podemos incluso visualizar el color asociado a dicho chakra para grabarlo en el cuenco con nuestra intención. Finalmente, le damos la vuelta al cuenco a fin de poder expresar nuestro agradecimiento a los guías y ángeles del Sonido que nos acompañan en nuestro camino de crecimiento personal y espiritual. Recuerda, ¡EL CUARZO TIENE MEMORIA!


2.k. Afinación del cuenco a la escala 432 Hz
Existe un debate bastante airado acerca de los beneficios de afinar la música a esta escala en oposición a la convencional en 440 Hz. Dicho debate ha ido suscitando posturas virulentas en ambos bandos, tanto por parte de los que apoyan teorías conspiratorias bastante sui generis que se remontan a los tiempos de la Alemania nazi como aquellos otros que vilipendian todo aquello que no entra dentro de su concepción, quizás, excesivamente racionalizada y por tanto encorsetada de la realidad. No es mi intención contribuir al debate posicionándome en una u otra postura.

Mi experiencia práctica de los beneficios de esta escala con los cuencos de cuarzo nevados se debe a mi encuentro con el maestro Daniel Brower, con quien tuve el privilegio de poder formarme en Sevilla en el año 2016. Según Brower, la escala de afinación en 432 Hz, basada en los cálculos de Pitágoras (569-475 a.C.), probablemente el primer “sonoterapeuta” de renombre de la Historia, muestra una relación entre las notas mucho más armoniosa.


Personalmente pude experimentar en mi propia piel los efectos tan beneficiosos de estas frecuencias a 432 Hz a través de los cuencos de cuarzo opacos o nevados, aunque no por ello considero prudente denostar y renunciar definitivamente a la otra escala, que tan buenos resultados me ha dado y le sigue dando a muchas otras personas en todo el mundo. El propio Fabien Maman utilizó frecuencias afinadas a la escala 440 Hz para combatir con éxito células cancerígenas. Y es que, en última instancia, no debemos subestimar la importancia que posee la intención a la hora de utilizar el sonido con fines terapéuticos. Si dicha intención al tocar es la apropiada, el sonido será irremediablemente beneficioso para aquellos que se expongan a él, independientemente de la escala a la que esté afinado el instrumento.


Aunque hay cuencos de cuarzo que ya vienen afinados a la escala 432 Hz (con el inevitable incremento de precio), otros, por el contrario, vienen afinados a 440 Hz y, por tanto, tienen que ser “ajustados” y recalibrados convenientemente mediante la adición de agua, lo cual provocará instantáneamente un descenso en la frecuencia en hertzios a la que vibra el cuenco. De esta manera, podemos cambiar la escala de afinación de nuestro cuenco ajustándolo, según su nota y octava, a la frecuencia exacta según esta nueva escala, tal y como exponemos a continuación para la cuarta octava:


Do = 256 Hz
Do#/Reb = 270 Hz
Re = 288 Hz
Re#/Mib = 303,4 Hz
Mi = 324
Fa = 341,3 Hz
Fa# = 364,5 Hz
Solb = 359,6 Hz
Sol = 384 Hz
Sol#/Lab = 404,5 Hz
La = 432 Hz
La#/Sib = 455.11 Hz
Si = 486 Hz

¿Mi consejo? ¡Experimenta y prueba por ti mismo los resultados! En última instancia, e independientemente de la escala con la que elijamos trabajar, el hecho de poder modificar conscientemente la frecuencia de nuestro cuenco con agua nos abre un mundo cuasi-ilimitado de posibilidades de afinación de cara al tratamiento de dolencias específicas, a la elevación de la frecuencia vibratoria (tanto de los seres humanos como del planeta) y a la experimentación con estados alterados y expandidos de consciencia. ¡Y no olvides beberte el agua vertida en el cuenco una vez que hayas terminado la sesión! ¡Basta con sólo diez minutos de activación para recargar el líquido con la información del cristal de cuarzo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario