El Genio de las Montañas

EL GENIO DE LAS MONTAÑAS

Eres el Genio de las Montañas.

Hay una llama imperecedera crepitando con fervor callado en el centro de
tu Corazón. Es la Llama de la Sabiduría.

Tu movimiento es pausado y se alberga en la quietud de tu Ser.

En la ausencia de movimientos se expande sin cesar a través de ti, y te baña
y transmuta, e impregna a los que te rodean en la callada inmensidad de lo
no visible ni aparente.

Por eso, tu instrumento es el sagrado recipiente que contiene el sonido del
Universo , y cuando te yergues sobre tus piernas en actitud de entrega,
adquieres la inmensidad de la montaña que cobija la Suprema Verdad.

Te he visto elevarte sobre mi, postrada ante Dios.

He visto tus manos creciendo como las manos de Dios.

Tus dedos celestiales sostienen el sagrado canal telúrico por donde las voces
del Infinito nos susurran ante el alegre y confiado estupor de nuestras almas.

En el silencio, entonas la melodía que sólo tu alma conoce, guiado por la
Llama de tu Corazón, que permanece aún en la inconsciencia de tu ser
terrenal. Su sonido también es para ti.

Tu huella es invisible para los ojos físicos, no así para las pupilas del alma,
despiertas y vibrantes, que permanecen atentas en el espacio eterno del Ser
Divino… siempre…

Siempre… una palabra perfecta y verdadera.

La Llama imperturbable no se apaga ni se agota, no se mueve ni se disipa.

Más bien pareciera que no está viva y sin embargo, se yergue palpitante en
su quietud y su lenguaje es eterno.

Yo te saludo, Janon, genio de las montañas,
por sostener la melodía de Dios y esparcirla entre sus huestes.

Fátima (Sevilla, domingo 2 de octubre 2016)

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Gracias de todo corazón, Fátima, por este bello regalo que me haces y por VERME (Luis).