Hace tan sólo unas pocas semanas los sonoterapeutas Judy y Paul Cockram, fundadores del Lovelight Crystal Temple ubicado en Australia, llevaron a cabo una investigación en colaboración con Libby Raymond con el fin de determinar hasta qué punto el sonido puede influir en nosotros y beneficiarnos a un nivel celular. Los resultados de los análisis efectuados antes y después de la sesión, expuestos a continuación, hablan por sí mismos. Las muestras de sangre se tomaron con tan sólo media hora de diferencia entre una y otra, antes y después de una sesión de sonidos de 20 minutos de duración.
Antes de la sesión
Después de la sesión
Es importante observar, asimismo, que aunque en dicha sesión se utilizaron única y exclusivamente cuencos de cuarzo alquímicos Crystal Tones, la misma Libby ha participado también en otros experimentos con sesiones de gong, registrando resultados igualmente favorables que corroboran, una vez más, el incuestionable valor terapéutico de todos estos instrumentos tan maravillosos que utilizamos en nuestras sesiones, conciertos y viajes de sonido.
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