miércoles, 24 de mayo de 2017

Silencio vivo, vacío pleno...

(Lama Lobsang Monlam

El ritmo de vida impuesto por esta sociedad en la que vivimos nos sume en la prisa, el estrés y la dispersión mental / emocional, alejándonos de nosotros mismos. El sonido de los cuencos y gongs ayudan a revertir esos efectos, llevándonos al silencio vivo, al vacío pleno del que hablan las sagradas escrituras budistas y los textos clásicos taoístas, y ayudándonos por tanto a re-conectar con nuestra esencia de Paz y Amor sin Juicios y a equilibrarnos en nuestro Centro. 

La técnica de estos instrumentos sagrados puede aprenderse en unas horas, pero al final, lo más importante, es cuán "vacíos" estemos al hacerlos sonar. Vacíos de expectativas, de aspiraciones, de deseos, de emociones, de ruido mental en definitiva. Es en ese estado de turya, de neutralidad y receptividad, en donde nos vaciamos de todo lo que "no somos" para expandirnos en Presencia y permitir que su Sonido difunda su mensaje a través de nosotros. No hay más secretos. 

Los cuencos y gongs, al igual que otras disciplinas tales como taiji quan, qigong, reiki, yoga, zen... no son sino caminos de regreso a casa. Y aunque es parte de la vida el desviarse, salirse del camino, perderse y extraviarse... El sonido de la Sagrada Campana es como un faro que re-suena en nuestros corazones para recordarnos lo que Somos y mostrarnos el Camino de Retorno tañendo nuestros Corazones con su Música Divina. Que así Sea y Es por siempre (Jhebara Das)

No hay comentarios:

Publicar un comentario