Ahora, retrocedamos un
momento, ya que quiero darles una idea de lo que sabe el maestro de cuencos cantores. Él es un
creador cuántico. Los cuencos tienen diferentes colores, están hechos de
materiales muy diferentes y tienen distintos tamaños y formas. Cuando se los
toca se los hace vibrar y emitir un sonido, porque las vibraciones se escuchan como las notas
musicales. El tono principal se llama tono fundamental, que el oído escucha
porque es el más fuerte. Rodeados por esa nota fundamental hay armónicos y
matices, algunos de ellos incluso llegan más allá del oído humano en ambas
direcciones. En esta hermosa música cuántica, hay vibraciones que crean
energías que literalmente le hablan al Akasha y que se unirán de cierta manera para
crear un lenguaje del alma... y el Ser Humano se preguntará: “¿Qué hace?”
¡He aquí un cuenco que le puede hablar a su alma! (...) No se trata de su chakra corazón, ni del color verde, y no se trata de la nota Fa. Todo eso es lineal. En realidad se trata de una inteligencia cuántica que existe al nivel del alma. ¿Y cómo le explica esto el maestro del cuenco al Humano que le pregunta, “¿Qué hace?” El maestro de cuencos (...) realmente está reinventando la forma de poner cuanticidad en unos tonos de cristal que han existido desde siempre, utilizando las sustancias en formas únicas para crear un evento cuántico. La esencia de lo que se está creando con un cuenco cantor es la de un mini-portal, y ésa es la verdad. Y si lo han oído tocar cerca de ustedes, ya saben lo que quiero decir. En efecto, les alivia el alma, ¿no? Entonces, ¿cómo responde el maestro de cuencos a esa persona que está delante de él y dice: “Bueno, ¿y qué hace este cuenco?”? (Kryon, 2009)
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