Brain imaging studies have shown that music works at a very deep level
within the brain, stimulating not only those regions responsible for
processing sound but also ones associated with emotions. (Dr. David Lewis-Hodgson)
Marconi Union, el proyecto de música "ambient" de Richard Talbot, Jamie Crossley and Duncan Meadows surgido en Manchester hace poco más de diez años firmó, allá por el año 2011, una pieza de ocho minutos que está considerada como "la más relajante jamás compuesta por un ser humano", y que fue bautizada, muy apropiadamente, por cierto, con el título "Weightless". Lo que diferencia esta obra, incluida entre los mejores 50 inventos del año por parte de la revista Time, de la ingente cantidad de música "ambient" concebida igualmente con unos fines puramente relajantes (algo relativamente común dada la peculiar idiosincrasia estética de este fascinante género) es que, en esta ocasión, los músicos recibieron el asesoramiento de terapeutas sonoros de la British Academy of Sound Therapy fundada por Lyz Cooper en el año 2000.
La propia Cooper explica los fundamentos terapéuticos de dicha pieza en los siguientes términos: "While listening, your heart rate gradually comes to match that beat. It is important that the song is eight minutes long because it takes about five minutes for this process, known as entrainment, to occur. The fall in heart rate also leads to a fall in blood pressure. The harmonic intervals - or gaps between notes - have been chosen to create a feeling of euphoria and comfort. And there is no repeating melody, which allows your brain to completely switch off because you are no longer trying to predict what is coming next. Instead, there are random chimes, which helps to induce a deeper sense of relaxation. The final element is the low, whooshing sounds and hums that are like buddhist chants. High tones stimulate but these low tones put you in a trance-like state."
De estas palabras se deduce que los artífices de "Weightless" han tenido en consideración principios tan fundamentales en la práctica de la sonoterapia como el de la resonancia y, más concretamente, el del "arrastre" ("entrainment"), fenómeno mediante el cual "las vibraciones rítmicas más poderosas de un objeto son capaces de cambiar las vibraciones rítmicas menos poderosas de otro y hacer que ambas sincronicen sus ritmos con el primero de ellos" (Goldman, Jonathan. Sonidos Sanadores: el Poder de los Armónicos. Madrid: Gaia. 2010:41). Así, y gracias a una duración total lo suficientemente extensa como para garantizar dicho proceso de arrastre, los latidos del corazón (y con ellos también la presión sanguínea) disminuyen, sincronizándose con el ritmo pulsante de la música, el cual va disminuyendo gradualmente de los 60 a los 50 "beats" por minuto.
También disminuye, por cierto, la presencia de la hormona cortisol, liberada como respuesta al estrés, induciendo así un estado de profunda relajación que ha podido ser demostrado y corroborado gracias a un estudio científico encargado por la firma Radox Spa y acometido por el Doctor David Lewis-Hodgson, Director de Investigación de la empresa Mindlab International y reconocido neuropsicólogo especializado en el análisis de las ondas cerebrales emitidas por los seres humanos mediante técnicas no invasivas. En dicho estudio, cuyo objetivo era detectar qué músicas conseguían reducir la ansiedad, ralentizar el corazón e inducir el sueño, se evaluó el ritmo cardiaco, la presión sanguínea, la respiración y la actividad cerebral a partir de un corpus de cuarenta informantes conectadas a unos sensores y que habían sido sometidas previamente a una situación de estrés.
Los resultados obtenidos no podían ser más reveladores: "Weightless" resultó ser, al menos, un 11% más relajante que cualquier otra música utilizada (incluyendo obras de autores como Enya e incluso Mozart), neutralizando la presencia de ansiedad en un 65% y relajando un 35% más a las personas que en su estado habitual de descanso. En palabras del propio Lewis-Hodgson, los efectos relajantes de la pieza son tan potentes, que muchas de las informantes quedaron en un estado de adormecimiento después de escucharla, de ahí que desaconseje su "uso" en situaciones que requieran de toda nuestra atención, como por ejemplo la conducción. Gracias a su ponderada combinación de ritmos, tonos, frecuencias e intervalos, "Weightless" consigue ser más efectiva que una taza de té, un paseo o incluso un masaje.
Marconi Union, el proyecto de música "ambient" de Richard Talbot, Jamie Crossley and Duncan Meadows surgido en Manchester hace poco más de diez años firmó, allá por el año 2011, una pieza de ocho minutos que está considerada como "la más relajante jamás compuesta por un ser humano", y que fue bautizada, muy apropiadamente, por cierto, con el título "Weightless". Lo que diferencia esta obra, incluida entre los mejores 50 inventos del año por parte de la revista Time, de la ingente cantidad de música "ambient" concebida igualmente con unos fines puramente relajantes (algo relativamente común dada la peculiar idiosincrasia estética de este fascinante género) es que, en esta ocasión, los músicos recibieron el asesoramiento de terapeutas sonoros de la British Academy of Sound Therapy fundada por Lyz Cooper en el año 2000.
La propia Cooper explica los fundamentos terapéuticos de dicha pieza en los siguientes términos: "While listening, your heart rate gradually comes to match that beat. It is important that the song is eight minutes long because it takes about five minutes for this process, known as entrainment, to occur. The fall in heart rate also leads to a fall in blood pressure. The harmonic intervals - or gaps between notes - have been chosen to create a feeling of euphoria and comfort. And there is no repeating melody, which allows your brain to completely switch off because you are no longer trying to predict what is coming next. Instead, there are random chimes, which helps to induce a deeper sense of relaxation. The final element is the low, whooshing sounds and hums that are like buddhist chants. High tones stimulate but these low tones put you in a trance-like state."
De estas palabras se deduce que los artífices de "Weightless" han tenido en consideración principios tan fundamentales en la práctica de la sonoterapia como el de la resonancia y, más concretamente, el del "arrastre" ("entrainment"), fenómeno mediante el cual "las vibraciones rítmicas más poderosas de un objeto son capaces de cambiar las vibraciones rítmicas menos poderosas de otro y hacer que ambas sincronicen sus ritmos con el primero de ellos" (Goldman, Jonathan. Sonidos Sanadores: el Poder de los Armónicos. Madrid: Gaia. 2010:41). Así, y gracias a una duración total lo suficientemente extensa como para garantizar dicho proceso de arrastre, los latidos del corazón (y con ellos también la presión sanguínea) disminuyen, sincronizándose con el ritmo pulsante de la música, el cual va disminuyendo gradualmente de los 60 a los 50 "beats" por minuto.
También disminuye, por cierto, la presencia de la hormona cortisol, liberada como respuesta al estrés, induciendo así un estado de profunda relajación que ha podido ser demostrado y corroborado gracias a un estudio científico encargado por la firma Radox Spa y acometido por el Doctor David Lewis-Hodgson, Director de Investigación de la empresa Mindlab International y reconocido neuropsicólogo especializado en el análisis de las ondas cerebrales emitidas por los seres humanos mediante técnicas no invasivas. En dicho estudio, cuyo objetivo era detectar qué músicas conseguían reducir la ansiedad, ralentizar el corazón e inducir el sueño, se evaluó el ritmo cardiaco, la presión sanguínea, la respiración y la actividad cerebral a partir de un corpus de cuarenta informantes conectadas a unos sensores y que habían sido sometidas previamente a una situación de estrés.
Los resultados obtenidos no podían ser más reveladores: "Weightless" resultó ser, al menos, un 11% más relajante que cualquier otra música utilizada (incluyendo obras de autores como Enya e incluso Mozart), neutralizando la presencia de ansiedad en un 65% y relajando un 35% más a las personas que en su estado habitual de descanso. En palabras del propio Lewis-Hodgson, los efectos relajantes de la pieza son tan potentes, que muchas de las informantes quedaron en un estado de adormecimiento después de escucharla, de ahí que desaconseje su "uso" en situaciones que requieran de toda nuestra atención, como por ejemplo la conducción. Gracias a su ponderada combinación de ritmos, tonos, frecuencias e intervalos, "Weightless" consigue ser más efectiva que una taza de té, un paseo o incluso un masaje.
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