Con motivo del Solsticio de Verano, fuimos invitados a participar en un retiro organizado por nuestros Hermanos de Camino Eva Luna y Xavi Madrid en Cabo Roche (Cádiz). Sara y yo sentimos que era una oportunidad maravillosa de dar un paso más hacia adelante en nuestro propósito de sanación de las aguas del planeta que ya iniciáramos, precisamente, el mes pasado durante nuestro concierto de Wesak.
Recogimos agua de mar de una de las calas de Roche en un recipiente de cristal, y la llevamos a nuestro concierto oceánico del pasado sábado para cargarla de las celestiales vibraciones de los cuencos alquímicos que sonaron aquella noche. Después del concierto, vertimos el agua en nuestro cuenco Aqua Aura Oro, y mientras lo tocaba invitamos a todos los asistentes a acompañarnos con sus voces, programando el agua con la energía del Perdón, el Amor y la Gratitud.
Perdón, por la inconsciencia de nuestros actos y el dolor que estamos causando a los océanos y a todas las criaturas que tienen allí su hogar; Amor, por nuestro deseo de recapitular y empezar una nueva etapa en nuestra relación con los océanos y sus aguas, esta vez marcada por el Amor de nuestro corazón; y Gratitud, en reconocimiento a todo lo que le debemos a los océanos, Fuente de toda Vida. Somos conscientes de que es necesario volver a sacralizar nuestra relación con el Planeta en el que vivimos, y muy especialmente sus aguas, algo que ya tenían muy presente nuestros antepasados lemurianos y atlantes.
Los cuencos de cristal de cuarzo alquímicos que utilizamos están ya consagrados para trabajar con el agua y contribuir a su sanación. Recordemos que el cuarzo es agua fosilizada, y tiene la capacidad, como tal, de ser programado y almacenar información. Somos agua, y en ella se encuentra el Secreto de quiénes Somos. Sentimos que es importante aportar nuestro granito de arena y contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a esta propósito sagrado.
¡Y esta ceremonia fue tan especial! Sólo tenemos palabras de agradecimiento hacia todas aquellas personas que contribuyeron a que fuera algo realmente mágico. Al día siguiente, fuimos todos a una de las playas de la zona y, uno por uno, fuimos vertiendo el agua que había sido bendecida y programada durante el concierto, al son del ícaro "agua, agüita, curanderita". De esta manera se cerraba el círculo y le devolvíamos a los océanos lo que habíamos tomado prestado de ellos antes del concierto, pero con un importante mensaje de cambio que está ya grabado en la memoria del mar.
A pesar de su protagonismo, empero, el agua no fue el único elemento presente en nuestro concierto, estructurado en dos partes, una en el exterior y otra en el interior de una sala. En la primera parte nuestra hermana Miryam nos trajo la medicina del sahumerio, dando paso a las caracolas (elemento viento) y a los gongs (elemento fuego), con el propósito de purificarnos antes de la segunda parte, en donde los cuencos alquímicos y la preciosa voz de Sara cobraron el protagonismo.
Fue, en resumen, una experiencia inolvidable que podemos compartir con todos vosotros gracias a los videos y las imágenes que añadimos a continuación. El primer vídeo es una selección de extractos de la segunda parte del concierto, mientras que el segundo se centra en la ceremonia de sanación de los océanos, desde la recogida del agua hasta su posterior entrega a los mares. ¡Esperamos que os guste!
Ha sido algo precioso y esperamos poder seguir compartiendo este mensaje de amor y esperanza a través de nuestra música, rescatando las memorias de quiénes somos y de dónde venimos para tener una visión más clara, y más pura, de hacia dónde nos dirigimos. Y la respuesta, por supuesto, está en los océanos. Namaste.